Pintura Gótica
El arte gótico comienza en el año 1137 en Francia con la construcción de la iglesia de la abadía de Saint Denis. Desde entonces comienza a expandirse por toda Europa y para 1250 ya se ha convertido en la corriente artística predominante en Europa. A continuación presentamos las principales características de la pintura gótica.
Pintura Gótica
En la Edad Media y sobre todo durante el periodo gótico, los vidrios pintados se convirtieron en la principal forma de decorar los interiores de las iglesias. Otras formas de decoración eran los murales, los frescos y los mosaicos, muy empleados durante el románico pero que habían pasado de moda.
La excepción a esta regla es Italia donde las enormes ventanas pintadas de estilo gótico nunca llegaron a convertirse en la principal forma de decorar las iglesias. En su lugar, los murales, frescos y otras formas de pinturas continuaron siendo importantes para la decoración en la península itálica.
Una de las cosas más excitantes de la pintura gótica italiana es que por primera vez en mucho tiempo han perdurado nombres de artistas de esta época, entre ellos destacamos a Cenni di Pepo Cimabue, Giotto di Bondone y Duccio di Buoninsegna. Siguiendo el trabajo de estos artistas podemos distinguir dos tendencias en desarrollo dentro del arte gótico italiano.
Empleo de figuras cada vez más realistas.
Empleo de la perspectiva en la pintura.
Estas dos tendencias fueron el germen del inicio del Renacimiento. Las técnicas más empleadas son el temple y el óleo que permite un acabado más preciso que el fresco.
Hasta la llegada de la corriente artística gótica, las pinturas por lo general se habían tratado de alejar del realismo y alojarse en el antinaturalismo. A partir del siglo XIII, los pintores tienden a reflejar con mayor precisión, humanismo y realismo las figuras que aparecen en sus cuadros.
Grandes pinturas góticas
Madonna Enthroned de Cimabue – 1280
Maesta Altar de Duccio – 1311
Fuente: https://encicloarte.com/pintura-gotica/
Comentarios
Publicar un comentario